sábado, 26 de mayo de 2012

LA VILLA DE LOS MISTERIOS DE POMPEYA. EDIFICIO Y DECORACIÓN PICTÓRICA.


LA VILLA DE LOS MISTERIOS DE POMPEYA. EDIFICIO Y DECORACIÓN PICTÓRICA.


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La Villa de los Misterios o Villa dei Misteri es uno de los mejores ejemplos de villa pseudourbana romana o vivienda señorial permanente a las afueras de una ciudad. Se encuentra en Pompeya, a tan sólo 200 metros de la Puerta de Herculano, con la que se une a través de una vía repleta a ambos lados de monumentos funerarios. Como algunas otras villas de esta zona noroeste (vg. la de Diómedes) la vivienda fue concebida con criterios arquitectónicos helenísticos, intentando crear un escenario magnífico desde donde contemplar y ser contemplado. El terreno, en su día en pendiente y hoy hundido entre la ceniza, fue nivelado y escalonado por medio de un criptopórtico arqueado para crear una plataforma plana donde aupar la vivienda y una terraza panorámica desde la que los propietarios pudieran disfrutar de unas vistas excepcionales de la bahía de Nápoles. Esta casa constituye el ejemplo de una vivienda de gran lujo, integrada en el paisaje mediante grandes pórticos y galerías que dan a jardines colgantes, unida a una explotación agraria.
Reconstrucción integrada en el paisaje de la Villa de los Misterios. Criptopórtico sosteniendo la terraza en donde sobresale una exedra porticada.
La parte más antigua data de la primera mitad del siglo II a. C. y se diseñó con un dibujo en planta como de dos rectángulos paralelos con una exedra sobresaliente orientada hacia el mar. En los siglos siguientes fue remodelada, al menos en dos ocasiones, en partes sustanciales para hacerla más lujosa o para añadirle nuevas dependencias.
Planta y reconstrucción de la Villa de los Misterios.
Su acceso principal era a través de un amplio arco de medio punto, justo en el lado opuesto al de la exedra. A esta puerta se le añadió más tarde otro arco, hoy enterrado todavía por la ceniza volcánica, que ampliaba la casa y le dotaba de una nueva entrada para abarcar las nuevas dependencias de servicio realizadas en época augustal que se realizaron entre la vía superior y la fachada antigua.
Puerta de acceso principal a la Villa de los Misterios. Al fondo se puede ver la ceniza taponando el arco (1). La foto está hecha desde el vestíbulo (2) que da acceso al peristilo (3). Se pueden ver los bancos corridos del vestíbulo donde podían esperar los clientes del señor de la casa. Las puertas laterales son los accesos a las nuevas dependencias del siglo I (en amarillo). Los números hacen referencia a la planta de arriba.
Precisamente en esta zona nueva se halló el sello en bronce de L. Istacidius Zosimus, liberto de una antigua familia indígena de Pompeya que se sabe vivía en la ciudad en el año 79 d. C., por lo que algunos arqueólogos han supuesto que la vivienda pudiera ser de su propiedad o ser el supervisor de los trabajos de restauración en que estaba sumida tras los daños del terremoto del año 62. Se sabe que toda esta zona tenía un piso superior por existir dos escaleras, una de ellas, muy estrecha y como escondida, arranca desde la puerta de entrada. Esta zona junto con la parte aledaña del interior estaba habitada en el momento de la erupción pues nos ha dejado restos de utensilios, enseres, ánforas e incluso un cadáver y contrasta con la parte más señorial de la casa, la otra mitad, la más decorada, que debía estar deshabitada y vacía. Se supone que después del terremoto del año 62 la Villa cambió de propietarios y de usos: de vivienda señorial pasó a establecimiento agrícola.
Peristilo de la Villa de los misterios. El espacio ajardinado estaba delimitado por un murete que subía hasta media altura de las columnas.
Invirtiendo el orden normal de sucesión de espacios en cualquier vivienda romana nos encontrábamos al atravesar el vestíbulo en primer lugar con el peristilo antes que con el atrio. El peristilo posee un pórtico de dieciséis columnas dóricas estriadas en toba que hace las funciones de distribuidor de las zonas de la casa y de jardín y de cisterna que acopiaba las aguas de lluvia. Las dependencias más cercanas a la puerta de entrada debieron ser utilizadas como zona de servicio con la cocina descubierta, despensas y letrinas según se entra a la izquierda (13, en el plano) y como espacios para una explotación agropecuaria a la derecha. Se conservan varias dependencias con un torcularium para prensar el vino con una palanca con forma de cabeza de carnero y una sala de decoración mural antigua que actuaba de almacén de aperos de labranza.
Lagar o torcularium de la Villa de los Misterios, Pompeya. Palanca con forma de cabeza de carnero.
Al peristilo daba por la zona noroeste dos habitaciones consecutivas que estaban en proceso de restauración en el año 79 d. C. Se supone que pudieron ser un pequeño santuario sin techo con una especie de ábside donde se daría culto a Livia, la esposa de Augusto, de la que se encontró una estatua en un rincón del peristilo como a la espera de ser colocada en su altar definitivo.
Villa de los Misterios. Pequeño atrio tetrástilo. Al fondo se abre la entrada a la zona termal.
Por la zona suroeste encontramos una puerta que da acceso a un pequeño atrio tetrástilo (11) que se conecta con la cocina (13) por un pasillo y donde encontramos unas pequeñas termas (12) calentadas desde los hornos de la cocina. A este atrio dan unos pequeños cubículos, uno de ellos decorado con pinturas del segundo estilo, con arquitecturas armoniosamente ilusionistas del segundo estilo. El oecus de al lado también tiene pintura ilusionistas con una falsa puerta en la pared del fondo, que cubre de hecho una vieja puerta tapiada que daba al atrio principal. Otras habitaciones resultan más espectaculares con sus columnatas y arquerías proyectadas en falsas perspectivas. Los trampantojos son espectaculares por el realismo y la sensación de espacio que conseguían.
Villa de los Misterios. Falsa puerta y perspectivas arquitectónicas. Segundo estilo pompeyano.
Tres puertas, la central mucho más ancha que las otras dos juntas, daban la entrada desde el peristilo al atrio principal (5 y 6). El estilo de éste es toscano, sin columnas y con un impluvium rectangular en el centro. Aquí se encuentran los murales con paisajes nilóticos que coronaban los huecos dejados por las pinturas sobre tabla que colgarían de estas paredes.
Villa de los Misterios de Pompeya. Atrio principal. En el centro el impluvium y a través de las puertas (una de ellas reconstruida con calco de escayola) se accedía al peristilo. Al fondo se puede ver el arco de acceso a la vivienda.
En el tablinum (7), que se encuentra la oeste del atrioprincipal, hay uno de los mejores y más antiguos ejemplos de tercer estilo de pintura pompeyana evolucionada: sobre fondo negro, con zócalo y pérgolas, se despliegan en la zona media pequeñas figurillas egipcias (serpientes aladas y dioses) y símbolos dionisiacos en miniatura (tirsos, máscaras y cuernos).
Villa de los Misterios. Detalle de la pintura al fresco del tablinium. Serpiente alada de estilo egipcio (c. 27-14 AC).
Pero lo que todo el mundo está esperando es que hable de las pinturas de su triclinium que es por lo que es conocida esta Villa y por la que recibe su nombre. El fresco está situado en el tricliniumo comedor y constituye un conjunto de difícil y polémica explicación. Vamos a dar algunas claves para entenderlo en lo posible.
Villa de los misterios. Reconstrucción del triclinium.
Hay quien dice que representan los "misterios" de un rito de iniciación exclusivamente femenino -probablemente de entrada en la edad adulta- en el que la iniciada tenía que sufrir una muerte y una resurrección simbólicas. Pero la supuesta joven sólo se vería en la escena final junto a una doncella que la estaría peinando.
Primeras escenas. Mujeres solemnes realizando un rito, Sileno tocando la lira y sátiros. La música marca la entrada en un nuevo estado psicológico. Una mujer entre aterrorizada y atraída por la música danza...
Sileno y los sátiros, Baco ebrio y Ariadna. La cista mística que oculta bajo un pañol el falo revelado.
Un ángel o demonio flagelador gira hacia el otro muro para golpear el torso de una mujer...
Novia siendo peinada por una doncella, cupidos y matrona o dómina contemplando toda la escena. Reconstrucción uniendo las pinturas de tres paredes.
Lo cierto es que el ritual parece estar centrado en Dionisos, el dios griego del vino, la agricultura y el éxtasis y que hay presencias de sacerdotisas como para guiar a la joven a través del proceso de iniciación. El mismo Sileno, amigo y protector del dios, y los sátiros y las ménades de Baco también están presentes en esta habitación y en otra más pequeña de al lado formando parte de este rito femenino.
Una mujer velada avanza, mientras otra sedente la mira fijamente. Un niño lee en voz alta un rito. Difícil interpretación iconográfica.
Las figuras están distribuidas por una pequeña cornisa pintada de verde que las eleva y contribuye a crear la sensación de que se trata de un escenario. Este recurso tridimensional junto con el del solapamiento introduciendo personajes de espalda inscribe el fresco en el segundo estilo pictórico y hace que los personajes parezcan estar presentes en la habitación. La pintura es de calidad y denota un pintor con mucho oficio, pero posiblemente sería una copia hecha por un pintor local campaniense de algún modelo previo helenístico.
La representación se encuentra en una habitación luminosa no sólo porque está abierta a través de su gran puerta, sino porque también tenía una ventana orientada al sur por el que entraba la luz más potente durante todo el día y se podía ver el pórtico y el jardín exterior. Por lo que mi conclusión personal es que no se puede interpretar la escena tanto en un sentido religioso de un rito esotérico, oculto y misterioso, como insisten casi todos los estudiosos porque para ello se hubiera buscado la oscuridad o la penumbra, sino que hay que verla en el contexto de dónde se encuentra y entonces comprenderíamos que se trata de un conjunto escénico, una representación teatral y estética de puro goce sensual. El uso además de colores como el rojo y el azul, tan costosos, al igual que el suelo tan elaborado indican que el propietario deseaba hacer ostentación de su comedor ante sus invitados. Por eso no me parece nada mal la idea de los arquitectos Stanton-Abbott Associates cuando han recreado este espacio como un salón que resulta atractivo y moderno, acogedor y espectacular tanto de día como de noche. Os aconsejo que no os perdáis el vídeo para comprobarlo.
Para saber más sobre la obra, pero en inglés en estas páginas.

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